Buenas a todos, de ahora en adelante eh decidido abrir esta sección, el cual sera un punto de encuentro para reflexionar, recapacitar, con lecturas del alma y para el alma y el dia de hoy eh decidido traerles 1 fragmento de la obra de este escritor famoso en el mundo es mexicano y es reconocido a nivel mundial, por sus interminables seminarios que ha impartido y aun imparte por el mundo, tambien escritor de unas docenas de obras de superación personal.
Personalmente mi preferida es "la fuerza de sheccid", pero este otro fragmento que les traigo trata de "el rascacielo".
Extraido de la web: Lecturasparacompartir.com capítulo 14 de Carlos Cuauhtémoc Sánchez).
.... Una noche me acosté preguntándome ¿ cual sería la clave para triunfar ?
Entonces soñé que la vida era un enorme rascacielos al que debíamos subir.
Personalmente mi preferida es "la fuerza de sheccid", pero este otro fragmento que les traigo trata de "el rascacielo".
Extraido de la web: Lecturasparacompartir.com capítulo 14 de Carlos Cuauhtémoc Sánchez).
.... Una noche me acosté preguntándome ¿ cual sería la clave para triunfar ?
Entonces soñé que la vida era un enorme rascacielos al que debíamos subir.
Los seres humanos iniciábamos en uno u otro piso nuestro ascenso según el nivel socioeconómico en el que nacíamos, pero aún los más privilegiados se hallaban en estratos bajos pues el rascacielos era infinitamente alto.
En cada piso había dos zonas perfectamente diferenciadas:
PRIMERA. LA ESTANCIA DE DISTRACCIONES: Una enorme estancia, llena de amigos, camas, televisores, fiestas y juegos, en la que podías pasártela extraordinariamente bien durante años enteros.
SEGUNDA. EL TÜNEL DE ELEVADORES: Un largo y amplio pasillo lleno de talleres y mesas de estudio en el que podías adquirir conocimientos y experiencias.
A este enorme corredor se le denominaba “túnel de elevadores” . porque sus paredes estaban llenas de elevadores cerrados. Cuando se abría la puerta de uno, muchas personas saltaban y corrían hacia ella.
Rápidamente hacían una fila. El operador entonces formulaba una pregunta a la persona que había llegado primero. Si no sabía la respuesta correcta se el descartaba, se le hacía la pregunta a la persona que seguía en la fila y así se continuaba hasta hallar a la que tenía los conocimientos requeridos ; a ésta se le dejaba subir y se le transportaba a un piso superior; mientras tanto la puerta del elevador volvía a cerrarse frente a la mirada de todos los rechazados... Algunos, decepcionados, se iban a la estancia de distracciones, otros se quedaban en el túnel para volver a intentarlo.
Había quienes se la pasaban caminando, buscando que los elevadores se abrieran, pero sin trabajar ni estudiar, de modo jamás subían porque no tenían los conocimientos exigidos.
Otros, por el contrario, se la pasaban muy entretenidos laborando y no se ponían de pie cuando el elevador se abría. Estos, aunque tenían los conocimientos, eran demasiado timoratos para ser elegidos.
La persona que lograba subir, en el nuevo piso se encontraba con que la estancia de distracciones era más atractiva aún que en los pisos inferiores. De la misma forma el túnel de elevadores tenía talleres y mesas de estudio de mucha mayor dificultad, por eso, cuanto más alto era el piso, había menos candidatos a subir cada vez que se abría un elevador.
Un detalle interesante que llamó mi atención: los que se quedaban abajo difamaban y se burlaban cobardemente de los que subían muy alto. Siempre les decían que habían tenido suerte. Y en mi sueño supe que si la suerte era poseer los conocimientos necesarios y al mismo tiempo tener la agilidad para ponerse frente a la puerta que se abre, efectivamente los grandes hombres tenían mucha suerte.
(...)
Si tienes un familiar rico, no te creas con derecho a pedirle que te dé dinero. No lo tildes de tacaño, avaro mezquino, miserable o egoísta si se niega a ayudarte. Tal vez el tiene lo que tiene porque ha perdido menos tiempo que tú en la estancia de distracciones, porque mientras tú te la pasabas haciendo planes sin mover un infame dedo, él se ha esmerado por prepararse en el túnel de elevadores y ha estado pendiente de las puertas que se abren. Eso es todo.
Puedes subir hasta donde quieras. Solo los arcaicos de mente piden limosna; solo ellos son inútiles, aunque tengan veinte años de edad... Pero tú eres joven mentalmente... Tú puedes lograr tus sueños.
En cada piso había dos zonas perfectamente diferenciadas:
PRIMERA. LA ESTANCIA DE DISTRACCIONES: Una enorme estancia, llena de amigos, camas, televisores, fiestas y juegos, en la que podías pasártela extraordinariamente bien durante años enteros.
SEGUNDA. EL TÜNEL DE ELEVADORES: Un largo y amplio pasillo lleno de talleres y mesas de estudio en el que podías adquirir conocimientos y experiencias.
A este enorme corredor se le denominaba “túnel de elevadores” . porque sus paredes estaban llenas de elevadores cerrados. Cuando se abría la puerta de uno, muchas personas saltaban y corrían hacia ella.
Rápidamente hacían una fila. El operador entonces formulaba una pregunta a la persona que había llegado primero. Si no sabía la respuesta correcta se el descartaba, se le hacía la pregunta a la persona que seguía en la fila y así se continuaba hasta hallar a la que tenía los conocimientos requeridos ; a ésta se le dejaba subir y se le transportaba a un piso superior; mientras tanto la puerta del elevador volvía a cerrarse frente a la mirada de todos los rechazados... Algunos, decepcionados, se iban a la estancia de distracciones, otros se quedaban en el túnel para volver a intentarlo.
Había quienes se la pasaban caminando, buscando que los elevadores se abrieran, pero sin trabajar ni estudiar, de modo jamás subían porque no tenían los conocimientos exigidos.
Otros, por el contrario, se la pasaban muy entretenidos laborando y no se ponían de pie cuando el elevador se abría. Estos, aunque tenían los conocimientos, eran demasiado timoratos para ser elegidos.
La persona que lograba subir, en el nuevo piso se encontraba con que la estancia de distracciones era más atractiva aún que en los pisos inferiores. De la misma forma el túnel de elevadores tenía talleres y mesas de estudio de mucha mayor dificultad, por eso, cuanto más alto era el piso, había menos candidatos a subir cada vez que se abría un elevador.
Un detalle interesante que llamó mi atención: los que se quedaban abajo difamaban y se burlaban cobardemente de los que subían muy alto. Siempre les decían que habían tenido suerte. Y en mi sueño supe que si la suerte era poseer los conocimientos necesarios y al mismo tiempo tener la agilidad para ponerse frente a la puerta que se abre, efectivamente los grandes hombres tenían mucha suerte.
(...)
Si tienes un familiar rico, no te creas con derecho a pedirle que te dé dinero. No lo tildes de tacaño, avaro mezquino, miserable o egoísta si se niega a ayudarte. Tal vez el tiene lo que tiene porque ha perdido menos tiempo que tú en la estancia de distracciones, porque mientras tú te la pasabas haciendo planes sin mover un infame dedo, él se ha esmerado por prepararse en el túnel de elevadores y ha estado pendiente de las puertas que se abren. Eso es todo.
Puedes subir hasta donde quieras. Solo los arcaicos de mente piden limosna; solo ellos son inútiles, aunque tengan veinte años de edad... Pero tú eres joven mentalmente... Tú puedes lograr tus sueños.
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veo esta lectura como parte del tunel de elevadores gracias por compartirla.
ResponderEliminarMe encanta todo lo que compartes, muchas gracias por eso, yo les comparto un sitio muy bueno, pueden verlo en: http://autosuperacion99.blogspot.com
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